Bienvenidos

Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
...

domingo, 7 de julio de 2013

Al Espejo





Deja de mirarme ya con esa tristeza a la que llamas vida.
Tu alma rancia y tu aliento fétido me causan pena. 
Deja de parpadear que te has quedado sin ojos por tanto alcohol.
Has barrido tu piel en caídas, en golpes y golpes.
Ya ni te sobes, de la muerte no has de pasar.

Acaba de amanecer, dime qué harás ahora.
Otra vez a buscar el refugio bajo las cobijas.
Otra vez a relamerte los labios pensando en ella.
Ya tiempo no tienes sino para vivir del recuerdo.

Dime ahora que tienes frío.
Grita que te sientes mal para
comenzar a golpearte a gusto, cínico animal.
Eres un espanto, un fantasma.

Tienes la mirada confundida entre ansiedad y dolor.
Parece que te abrazas del aire, ¿por qué no  simplemente caes muerto?
¿Que Dios te ama aun así?
Vaya anestesiante, ¡Qué pretexto más vil para seguir estorbando!
Las arañas te han comido la razón.



Ciego amante de la angustia.
Débil títere de la voluntad perdida.
Te entregas al ahora sin pensar en el mañana
Pero cierto es que el mañana para nadie es seguro.

Buenas ideas las tuyas cuando te levantas temprano,
te bañas, te afeitas. Pareces vivir de nuevo.
Juegas con los niños, abrazas a tu madre.
Has encontrado empleo, tienes ropa nueva, brilla tu semblante.

No sé de dónde sacas fuerzas, ni quién te favorece tanto.
Es más, ni siquiera sé en lo que crees, a veces eres tan raro.
Pareces tener alas cada vez que lo deseas, vas volando de aquí a allá.
No sé qué vaya a pasar contigo mañana, pero después de todo,
comienzo a creerlo; parece que Dios te ama.





No hay comentarios:

Publicar un comentario