Voy al mundo ahora
a su tierra suave y verde,
al círculo de soledad
enmarañado en sol y luna.
Voy al descampado a hacerme suyo,
voy a hacerte mía sobre sus trágicas veredas,
en las ramas de sus árboles voy a cosecharte,
arrancarte y morderte con la boca del deseo.
Voy hasta sus cumbres a robar trozos de viento y alcanzarte mientras duermes.
Voy a sus aguas
a rescatar virtudes confundidas con pecado
pretendiendo ser más oportuno para ti.
Voy a todos lados en tu nombre
y busco en todo sitio tu mirada.
A veces eres Dios y Diablo al mismo tiempo; otras tantas, un espejo roto.
Soy a veces tierra negra, polvo estéril; otras tantas, sol y luna.
En ocasiones eres verbo, la palabra;
y otras tantas ni siquiera existes.