Bienvenidos

Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
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domingo, 7 de julio de 2013

A media tinta





Pienso en ti con el aire
hecho cal en los pulmones,
con tu foto y un soplete
disparando a mi mirada.

Con el alma a media tinta
revolcándose en el polvo.
Con la lengua nadando en
la boca, gritando sin razón.

Fui tu templo, fui tus brazos.
Mastiqué tus carnes, tus sabores,
me sembré en tus uñas,
me acosté en tu sonrisa.

Pienso en ti entre almohadas,
entre bocas extrañas y hediondas.
Pienso en ti a media noche, a medio día,
a medio cielo,  a medio infierno.




Deberían pensar en ti los que  tengan tiempo,
los que no se amen, los suicidas, los leprosos.
Los hambrientos, los carroñeros; ésos, a los que lo
mismo les da recibir un beso que una bala.

Yo más bien he de pensar
en por qué una bestia mata
aunque no se trague a su presa.
En por qué el sol sigue empecinado
en corretear a la luna si hace la mitad
de su vida que lo condenó a
arder en su infierno.

Pienso en ti como poniéndome
en los labios la mano de la muerte.
Siendo una caricatura en el espejo.
Borrándome los ojos bajo el llanto.

Pienso en ti también a media vida,
a media luna, a medio sol,
a medio cuerpo que era tuyo.

Pienso en ti  a media tinta,
la otra mitad… de sangre es.

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