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Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
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sábado, 25 de enero de 2014

Poema de medianoche para la que falta en mi cama



Para la que se fue sin pies y sin ropa.
La que no pidió permiso para irse
y se fue masticando un trozo del corazón que
nunca dejó pagado.

Sólo era espuma sobre el café del desayuno,
sólo era agua bajo las flores frente a mi cristo.
Le puse un altar mientras se desnudaba,
toqué las campanas del cielo entre sus senos.

Cantó su silueta tras la ventana baladas de cera,
lamentos de amor retrepado en la azotea,
metido en bolsas negras que le protegieran del sol.

Lo último que vi fue su espalda recta descender por la escalera.
Se me hizo añejo el tiempo pensándola en el vestido oscuro de la noche anterior.
Era bella, la más bella, pues era mía.

Se fue derritiéndose la mirada, caminó entre la hierba,
se hizo de noche, sin aroma, sin tacto, sin el cielo que vivía en sus ojos.
Ahora es sólo una nube mordida derramando el agua de su orgullo…

Poema de media noche para la que falta en mi cama,
para la que amo a muerte, aunque no lo sepa,
aunque no lo necesite, aunque no me extrañe.



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