Bienvenidos

Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
...

sábado, 25 de enero de 2014

Me muero, te mueres




Queda de mí
un poco aun.

Mis manos
llenas de ausencia
te saben bien
de día y de noche.

Te rozan fuerte,
te recortan
de las sombras.

Te visten
de eternidad,
te tallan en luz,
te sujetan a la vida.

Mis ojos
ciegos de ti
se guardan en
esperanza,
se marchitan bajo
tu sombra,
se relamen
contra los años.

Rehusan a abrirse
por soñarte.

Mi rostro
ajado e insomne
se yergue
sobre mis hombros
sin tus brazos.

Pregunta
a quién pertenece,
reclama un atisbo,
un gesto, un pellizco;
cualquier cosa
que le diga que vive.

Es piedra, es silencio.

Es pan
olisqueado y dejado.
Es barro tallado sin forma,
es  muerte pintada
¡y qué fresca la tinta¡

Mi vida
rota por todas partes
se esconde entre tus piernas.
Se eleva por tus senos,
se seca de a poco
en tus manos.

Se tiende en tus labios,
rueda por tu cuello
y retoma su ciclo,
agonizante.

Muero por ti…

Me muero en mis manos,
                     en tus manos.
Me muero en mi rostro,
                      en tus senos.

¡Me muero!
te mueres conmigo,
estás dentro,
eres algo más de mí:

como un corazón
enfermo,
como un pulmón
que no sabe respirar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario