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Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
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viernes, 17 de junio de 2011

Historia de una menta

¿Qué tan mía fuiste, si cuando te cedí el paso me agarraste a besos?
Que encerrados en ese sucio baño de bar robaste la menta de mi boca
Si tus suaves nalgas bien se echaron mis caricias a la bolsa
Bien tu lengua se batió en la mía y te llevaste algo más que mi saliva

Güera perdida, Confundes al hombre con el medio hombre
y ese medio hombre te presenta con un hombre que te hace a la mitad
y te comparte con su amigo, a quién le toca media menta robada
Me alegra haber ido al baño antes de que tú llegaras a la barra

De otro modo ni la menta ni las copas me habrían valido
para sacar de mi boca el cultivo de babas que pudiste haber sembrado
en mi garganta. Vale más ser el primero y beber el agua fresca
que ser el receptor de la saliva de otros a quienes repartiste aquella menta
y que al final... no se quedaron contigo

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