Bienvenidos

Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
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viernes, 29 de octubre de 2010

Sin Voluntad

No vino el fantasma de la luz a nublarme la oscuridad
Estoy solo entonces, con una taza de café que me sugiere sus amargos labios una vez más
Ante la presencia divina viviendo en la flama de la veladora; entonces no estoy solo

Todo este tiempo vagó mi mente por el encantador camino de las piernas del pecado
Regocijado mi cuerpo en pétalos rojos, en suaves caricias endulzadas con manos de miel
Toda esta corriente desvocando en mi garganta, en horas de sucio vaivén salpicado de culpa

Llega entonces el momento preciso del arrepentimiento
Ese momento en el que las lágrimas no alcanzan para llorar
En el que las rodillas rascan el suelo para pedir perdón
Y sangran para mostrar que lo hacen de veras

Cuando el cielo ahoga con su lluvia y el sol con sus calientes rayos
Cuando los injustos hacen trinchera bajo su cama para no resultar dañados
¿Qué importa donde se metan, si el propio brillo de sus ojos los quema?

Débil criatura que se arrastra por perdón, que da arañazos para no recibir castigo
Que mientras sorbe el néctar, traiciona a quien juró ser fiel
¿Quién regirá entonces a aquél que no tiene voluntad?
¿Qué vale cuando su amor ya no es suficiente para moverse en su favor?

Duerme ahora el pecado y dormido es indefenso pero más atractivo que despierto
Mueve los párpados y con ellos las pestañas infinitas que caen sobre sus mejillas rosas
Con la boca entreabierta dejando salir el vaho electrizante que enamora
Y la tersa piel del muslo asomándose entre la sábana

Juega limpio su papel de amante infatigable pero mostrar la espalda sería ofrecer la sangre
Ya no sirven las fuerzas para retirar la taza, ya no la voluntad para escapar al beso.
Ni la sangre propia para habitar en este cuerpo.
El viento sopla y la veladora deja de brillar...

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