Se abre el cielo de par en par
Y llora un poco
Su lluvia remueve los viejos poemas
Que dieron vida a las mentes... al alma
Se acercan las olas a besar los riscos
A descansar sobre las blancas arenas, quieren escucharlo también
Se escucha su voz en el panteón
Revive su silueta parda, empuñando su pluma
Gritándole versos al viento nocturno
Que trae en las alas el hedor de rancios años
Un corazón enciende su luz
Y se hace pedazos
Leyendo a Sabines a la media noche
Lloran, lloran de tristeza, de alegia. ¿Qué más podrían hacer ante tanta belleza?
Hombre y cielo llorando juntos, a veces riendo
Uno sobre sus manos y el otro, sobre el suelo de Tuxtla...
Yo también alguna vez he estado ahí, entre Jaime Sabines y la lluvia, ríendo y llorando, cuando no duermo, porque si me duermo me comen los gusanos ;)
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