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Bienvenidos a la noche vacía, diáfana como un sueño y pesada como el pecado... confusión entre vida y muerte
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lunes, 2 de junio de 2014

Para no morir



Esta forma de mecerme por los días,
de tomar vientos cruzados
sin tener que derrumbarme
ante ninguno.

De pasearme por los tiempos,
por las hojas coronadas
con historias que no cuento,
sino vivo.

Este cambio en mi estructura,
en que alas donde brazos,
en que carne donde piedra,
y ojos donde barro.

Esta fuerza en las entrañas
desquiciando mi garganta,
tensándome las manos, que
se baten empuñadas
sobre el rostro sorprendido
de la indiferencia.

Vivo a muerte en estas  líneas
para besar amaneceres
que no estarán sobre mis cielos;
para cantarte a ti que no me escuchas.

Estas ganas de abrazar la vida,
la música infinita de tu pecho,
la cintura virgen de la poesía;
de penetrar su tierra, de germinarla,
de devolverte a ti los frutos
que en mí maduró.

Esta memoria que te pondrá –a tu manera-
como mi favorito; como la mejor.
Te escribo de Dios para que sepas
que lo hubo, que sus manos fueron
las que te despertaron.

Hablo a mi tiempo y bajo mi cielo
de la luz, de la palabra, de ti,
padre, madre, hermano, amiga;
hablo del amor, para que no se pierda,
para que no me olvides,
porque no quiero alejarme.

Te escribo para no morir
antes de haber vivido…



2 comentarios:

  1. Quiovo! Pasando un rato por acá. Antes, pues quiero decirte que siempre leas y releas tus textos en voz alta, para que te percates dónde falta el ritmo, qué palabras o artículos se repiten, qué aporta y qué no. Es necesario no dejar esta cuestión del ritmo a un lado porque va ligado al sentido del poema. la poesía surge del ritmo, de esa música que nos seduce que al mismo tiempo está diciéndonos algo, pero ese algo tiene que ser conciso. Quitarle los excesos al poema, decir sólo lo exacto, no caer en reiteraciones. Y por supuesto no perderse en la secuencia de las imágenes: lo demasiado abstracto no es más que un sin sentido.

    Me late cómo avanzas en las primeras dos estrofas.

    En cuanto a la tercera estrofa, tercero y cuarto verso, se pierde la imagen; no puedo unir carne-piedra y ojos-barro; no guardan nada de relación.

    Pasa algo similar con la estrofa cuarta, a partir del cuarto verso, haces mención de algo tan abstracto, inimaginable; por lo tanto no me puede evocar nada sino más bien un sin sentido.

    La quinta estrofa me parece bien.

    Con la sexta estrofa pasa algo muy común: hablar en pasado. La poesía en los poemas, resurge y su deber es inspirar en el lector una emoción o un sentimiento que tiene que dar la impresión de estarse efectuando en ese mismo momento, para que el efecto sea lograr en el lector esa sensación de estarlo viviendo. Por lo tanto, es necesario que se hable en presente.

    Esta memoria que te pondrá –a tu manera- *¿MI MEMORIA A TU MANERA? ¿ SE PUEDE ESO?
    como mi favorito; como la mejor. * FAVORITO Y LA MEJOR SUENA IGUAL. NO SE APORTAN NADA.
    Te escribo de Dios para que sepas *A PARTIR DE ESTE VERSO ME EMPIEZAS A HABLAR DE OTRA COSAS TOTALMENTE DIFERENTE
    que lo hubo, que sus manos fueron
    las que te despertaron.

    Hablo a mi tiempo y bajo mi cielo
    de la luz, de la palabra, de ti, RESERVARÍA EL "de ti" PARA EL ÚLTIMO DE LA TU ENUMERACIÓN. REMATA MEJOR, ME PARECE
    padre, madre, hermano, amiga;
    hablo del amor, para que no se pierda,
    para que no me olvides, DE ESTE VERSO AL ULTIMO DE LA ESTROFA ME SUENA DEMASIADO COMÚN.
    porque no quiero alejarme.

    Te escribo para no morir
    antes de haber vivido…

    En cuanto a la última estrofa: BIEN, AUNQUE YO LE QUITARÍA LOS PUNTOS SUSPENSIVOS YA QUE NO SE DEJA NADA A LA DUDA O EXPECTATIVA).

    Saludos.


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